jueves, 1 de agosto de 2013

Comparecencia de Rajoy

La tan esperada comparecencia de nuestro Presidente ha cumplido todas las expectativas...o lo que es lo mismo, no ha servido para nada. Guiones escritos, absoluta previsibilidad, nada nuevo en el horizonte. Solo dos cosas resaltables: ha nombrado al Sr. Bárcenas, después de meses en los que este apellido había desaparecido de la lengua pepera y la otra "fin de la cita". No sé que pensaréis otros, pero para mi este tipo de encuentros parlamentarios me producen un hastío insoportable y una sensación de impotencia que va más allá de mi capacidad para aguantar mis sentidos, más de 10 minutos seguidos, pendientes de las palabras de tan "excelentes" oradores. Estoy cansado de que nos consideren idiotas, de que efectivamente, insulten a la inteligencia de los ciudadanos. Palabras vacías, huecas, queriendo esconder, en aparente gran dialéctica, el más absoluto de sus fracasos. ¿Querrán en algún momento dejar de considerarnos niños? ¿No pueden entender que la gente analiza, conoce, lee y sabe perfectamente de que están hablando?. Están anclados en los años 80 cuando aún existía una gran capa social que valoraba la forma de hablar, el lenguaje gran sonante como tabla de medir la valía del político de turno. Por suerte, nuestra sociedad ha evolucionado para mejor, el grado de formación ha crecido exponencialmente y la ciudadanía ya no se queda con las formas sino que también entra en el depauperado fondo. ¿Y qué me dicen del espectáculo de aplausos artificiales? Roza la indecencia. Sólo por este tipo de comportamientos no habría que pedir la dimisión del Presidente Rajoy, habría que pedirla a todo el hemiciclo. ¿Se ha convertido el parlamento en un circo de gestos ensayados?. Estas reflexiones puede que se queden más en un sentimiento puramente personal y el problema sea, quizás, que a una inmensa mayoría lo único que les motiva realmente sea el fútbol, los arbitrajes y otro cúmulo de vanalidades. Así, puede ser que estén dejando de lado lo realmente importante, nuestro futuro: nuestra educación, nuestra sanidad, nuestros servicios sociales, nuestros principios, en definitiva nuestra conciencia crítica que viene a ser el equivalente a la evolución de las especies dentro del campo de desarrollo sociológico de cualquier sociedad. Quizás y cómo leí el otro día "hasta que no comencemos a valorar más a un médico, a un bombero, a un profesor, etc que a un futbolista está sociedad no avanzará" fin de la cita.

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